“Evo”, como insulto

Hace poco transitaba por las pacíficas calles cochalas, cuando un par de amigos, uno de a pie, otro en su auto; entablaron un amistoso diálogo sin importarles que oasionaban una trancadera. Un conductor afectado que no dejaba de bocinear, la bocina era en ese instante una extensión de su lengua, ni bien se despejó el “bloqueo” sacó medio cuerpo y desde su gran bocaza insultó al amigo que se retiraba de la escena a pie, le gritó despectivamente: Evo!.  Debo confesar que en una primera instancia me dieron ganas de reaccionar, luego aplaqué mi ira y me sentí decepcionado por que esa gente que utiliza el nombre del Presidente Morales como insulto confirma la existencia del racismo más recalcitrante, de ese que está dispuesto a limpiar con sangre las manchas de su abolengo, las confrontaciones racistas que vivió Cochabamba el pasado 11 de enero, así lo confirman. Racismo cochabambino que existe y es latente ante la vista y paciencia de propios y extraños que poco hacen para denunciarlo y por sobre todo ponerle un saludable freno.  Esta claro que la lucha contra el racismo será uno de los obstáculos más duros de sortear si Bolivia quiere cambiar y salir adelante.